Miguel de Unamuno y la INTRAHISTORIA
Todo lo que cuentan a diario los periódicos, la historia toda del "presente momento histórico", no es sino la superficie del mar, una superficie que se hiela y cristaliza en los libros y registros, y una vez cristalizadas así, una capa dura, no mayor con respecto a la vida intrahistórica que esta pobre corteza en que vivimos con relación al inmenso foco ardiente que lleva dentro. Los periódicos nada dicen de la vida silenciosa de millones de hombres sin historia que a todas horas del día y en todos los países del globo se levantan a una orden del sol y van a sus campos a proseguir la oscura y silenciosa labor cotidiana y eterna, esa labor que, como las madréporas suboceánicas, echa las bases sobre las que se alzan los islotes de la Historia. Sobre el silencio augusto, decía, se apoya y vive el sonido, sobre la inmesa humanidad silenciosa se levantan los que meten bulla en la Historia. Esa vida intrahistórica, silenciosa y continua como el fondo mismo del mar, es la sustancia del progreso, la verdadera tradición, la tradición eterna, no la tradición mentida que se suele ir a buscar en el pasado enterrado en libros y papeles y monumentos y piedras.
MIGUEL DE UNAMUNO, En torno al casticismo, 1905
Unamuno diferencia entre los conceptos de Historia e Intrahistoria, y utiliza para su comprensión una metáfora esclarecedora, el mar.
La Historia sería el oleaje tumultuoso, su aspecto superficial y visible exteriormente, aparatoso y espectacular. La Historia sería el conjunto de hechos más destacados y sobresalientes del acontecer humano, las efemérides y acontecimientos más relevantes que acaecen en la evolución humana.
La Intrahistoria sería la inmensidad de las aguas profundas y tranquilas del océano, esto es el conjunto de hechos históricos aparentemente irrelevantes, repetitivos, pero que en su conjunto pueden ser determinantes en el devenir humano. La Historia se compondría de un número limitado de hitos brillantes, descollantes, frente a la Intrahistoria que se compondría de una infinidad de hechos supuestamente vulgares, prosaicos, corrientes, aparentemente prescindibles. No obstante con frecuencia puede conocerse mejor y de forma más fiel la historia de un pueblo a través de su Intrahistoria que de su Historia oficial.
La Historia sería el oleaje tumultuoso, su aspecto superficial y visible exteriormente, aparatoso y espectacular. La Historia sería el conjunto de hechos más destacados y sobresalientes del acontecer humano, las efemérides y acontecimientos más relevantes que acaecen en la evolución humana.
La Intrahistoria sería la inmensidad de las aguas profundas y tranquilas del océano, esto es el conjunto de hechos históricos aparentemente irrelevantes, repetitivos, pero que en su conjunto pueden ser determinantes en el devenir humano. La Historia se compondría de un número limitado de hitos brillantes, descollantes, frente a la Intrahistoria que se compondría de una infinidad de hechos supuestamente vulgares, prosaicos, corrientes, aparentemente prescindibles. No obstante con frecuencia puede conocerse mejor y de forma más fiel la historia de un pueblo a través de su Intrahistoria que de su Historia oficial.